Como en un sueño.

 

Cubierta estaba de nubes
soñando que la soñaba,
envuelta en un velo fino
que más parecía de agua.
En su mirada dulce
racimos de uva estallaban,
y lluvia suave era el tacto
a las manos precipitada.
(Ni una hilandera hilvanando
enlazadas más las dejara).
La sentí, sí, como una brisa
que llega sin ser buscada;
y ahora que asoma el recuerdo,
qué tendrá de falso y qué de cierto.

                                   Francisco Pemar.