Si un día probé el amor
y el sabor de su dulzura,
si vivida esa aventura
como alumno y profesor,
y el sabor de su dulzura,
si vivida esa aventura
como alumno y profesor,
si nombrado embajador
de mi parte de locura
y en mis manos la ternura
dejó plantada una flor,
si lo quise todo o nada
desgarrando el corazón
como lo hace un torbellino,
no será más perfumada
la vida con más razón
ni andado mejor camino.
Francisco Pemar.