Tan humano y eterno.

 

Se juntaron nuestros mundos
como sílabas de un verso
para hacer el universo
de los sueños más fecundos,
y en tan solo unos segundos:
como labios en un beso
con su cálido embeleso,
nos quedamos con lo tierno
de divino por lo eterno
y de humano en el regreso.

                       Francisco Pemar.